Pascua 2020: Resucitar para ser libres
¿Cuándo voy a empezar a vivir resucitado? ¿Tengo que esperar a morir para asomarme a la gloria? ¿Es el único paso posible? Tal vez, pero, por otra parte, ¿no hay en la vida muchas cosas pequeñas que van muriendo y naciendo de nuevo, distintas, mejores, reconciliadas? ¿Y no hay sepulcros esperando vaciarse? En mí y en otros. La vida ya está llamada a ser pascua, a vivirse en esa tensión insalvable entre la entrega y la acogida, el dolor y la dicha infinita, la vida entregada y la vida recibida…
La pascua nos invita a celebrar, a vivir nuestra vida en plenitud. Es momento de presentar nuestra vida realizada, de ofrecer confianza y de estar abiertos a los aspectos positivos que iluminan el corazón dando sentido a todo aquello en lo que creemos. Para resucitar con Cristo no basta con vivir, hay que insertar la alegría de vivir con Cristo.
La pascua ilumina a la comunidad educativa, nos hace ser testigo de la libertad. Oportunidad para escuchar, para sentir la felicidad del otro que me hace libre. Juntos buscamos la comunidad resucitada, sintiendo la compañía de la Vida y dejando atrás la soledad que nos hace sentir muerto. Es tiempo de vivir juntos, de no sentir la soledad del patio o la del pupitre vacío.
Tiempo de alegría, tiempo de comunidad, tiempo de vivir y disfrutar de la vida en su plenitud, tiempo de la fiesta de la libertad.
Manifestar con nuestras vidas la libertad alcanzada, la felicidad plena y alegría de sentirnos acogidos por la comunidad resucitada.